En medio del recambio institucional, Alberto Rodríguez Saá presentó el proyecto de Presupuesto del 2024. Lo hizo en un marco de hermetismo total y sin coordinar con el Gobierno que asumirá el 10 de diciembre.
De una primera lectura se desprende las características de la composición de los $594.422.586.851 diagramados para el próximo ejercicio: 68,11% del total proviene de la Nación.
Se tratan de impuestos federales tal como conceptos de coparticipación y otros rubros que, conjuntamente, hacen unos $404.851.124.950. Los ingresos de origen provincial (impuestos) llegan a los $123.690.083.070.
Este dato no es aislado, sino que se traduce en un aumento de la dependencia provincial a los recursos nacionales. Por ejemplo, el Presupuesto de este año está integrado por un 60,72% de fondos federales.
Una segunda característica es que nuevamente se prevé la suspensión del artículo de la norma que establece que la asignación equitativa de un 50% de los recursos para gastos corrientes y un 50% para gastos de capital. Esta regla de oro que caracterizó a las sucesivas administraciones de la Provincia fue quebrada por Alberto Rodríguez Saá.
La pauta para el próximo ejercicio es de 54% de gastos corrientes y un 46% de capital.
En este sentido se planifica que los recursos destinados a la salud sean de $111.076.359.456, para seguridad unos $46.651.554.270 y para el combo educación, cultura, ciencia y técnica $173.038.354.673. Se fijó para la secretaría de la Comunicación $3.777.456.892, para la Universidad de La Punta $11.572.736.189 y Dosep contará con $23.485.370.639, estos dos últimos organismos descentralizados.
En gastos reservados se contemplaron $577.500.000 que están definidos en concepto de servicios no personales.
Los cargos jerárquicos políticos fueron estipulados en 1475.
Este presupuesto fue confeccionado por Rodríguez Saá sin consultar y coordinar con Claudio Poggi que lo ejecutará íntegramente.
El gobernador electo pidió participar de la formulación, pero no fue escuchado .