Una nueva rotura de un acueducto deja a miles de hogares sin agua potable. En el Gobierno se limitan a hablar de una solución en las próximas horas, sin más precisiones. Un combo de falta de inversión, ineptitud de funcionarios y falta de información que castiga a los vecinos.
Las imágenes se repiten otra vez. Vecinos desesperados salen a la calle con bidones, baldes y otros recipientes para buscar agua en algún vecino generoso que los comparta o a la espera de un camión que pueda proveerles, mientras en el gobierno prometen que la solución está por llegar.
Así arrancaron la semana miles y miles de vecinos de la ciudad de San Luis y así se acercan al final de la semana: esperando que el agua vuelva a salir en las canillas de sus hogares, luego de una nueva rotura de un acueducto.
Es un combo complicado: falta de inversión y mantenimiento, ineptitud de funcionarios e información poco confiable.
Lo cierto es que el gobierno provincial se ha limitado en señalar que avanza la reparación del Acueducto Río Grande – Los Puquios, que se están llevando a cabo los ajustes de la cañería a suplantar para luego enfibrar, compactar y realizar las maniobras de apertura, purgado y regulación, y que el agua llegaría a las plantas potabilizadoras en las próximas 24 horas. Recién entonces de allí a la red de distribución domiciliaria.
“Luego de trabajar durante toda la noche en el diagnóstico del desperfecto y en la preparación de la zona de trabajo para poder realizar las tareas pertinentes, pudimos determinar que el tiempo estimado de finalización de los trabajos se extenderá hasta la tarde y noche de este miércoles, para luego comenzar con las maniobras de apertura, regulación y purgado de todo el sistema”, explicó Martín Manoni, gerente operativo de San Luis Agua en un comunicado oficial.