Un abrazo, una palabra (“gracias”, “estoy con vos Poggi”) y una palmada en la espalda, fueron las formas más recurrentes que encontraron decenas de hombres para hacerle sentir a Claudio Poggi el valor que tiene haber recuperado la fuente de sustento que dignifica.
Esos gestos ocurrieron en una coyuntura extraordinaria de la Argentina y en San Luis en particular. El Gobierno libertario apenas asumió sacó a la obra pública de la agenda del Estado y eliminó el financiamiento de infraestructura en las provincias. Con ese telón de fondo y la Provincia fundida, Poggi inauguraba acá su segundo mandato. El peor escenario.
En ese contexto hay que tener en cuenta al menos tres datos: 1) retomó la obra pública, 2) la obra pública (limitada por el peso que tienen en el presupuesto los gastos corrientes) ahora la financia la Provincia y 3) la obra pública tiene un sentido social y productivo.
Los pasos de este gobernador marcan que San Luis debe enderezarse por la senda del trabajo.
Para eso son necesarias políticas correctamente orientadas para que el sector privado genere empleo.
“La buena noticia que quiero transmitirles es que este plan de viviendas va a satisfacer la necesidad habitacional de ustedes como familia y les dará continuidad laboral a lo largo del tiempo, y eso creo que nos da muchísima tranquilidad”, dijo ante unos 600 obreros que edifican un gran barrio en la zona sur de la ciudad.
Hay otros datos que ilustran porque son inequívocos indicadores de que transitamos una nueva época.
El gobernador, Claudio Poggi celebró con los trabajadores de la construcción en un obrador.
Este gobernador es el primero, en cuarenta años, que celebra el día de los trabajadores del sector junto a ellos. Así se lo hicieron saber.
De ese encuentro se llevó dos mensajes. Le dijeron que representa una nueva esperanza y que lo van a apoyar.
Este gobernador concibe que la mejor política para la reconstrucción de San Luis es (junto a la educación) el trabajo.
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