LA IMPUNIDAD QUE TENÍA RAFAEL CHURQUINA PARA OPERAR DESDE LA CÁRCEL CON LA AUTORIZACIÓN DE UN DIRECTOR: “PODÉS HACER TUS NEGOCIOS”
Dos efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria dieron detalles de los roles que cumplía la banda y sobre los audios de llamadas telefónicas, mensajes y documentación secuestrada en allanamientos.

Este lunes se realizó la octava audiencia en el juicio que tiene como acusados a Rafael Churquina, Daniel Becher y Efraín Cortez de integrar una banda dedicada al narcotráfico y liderada desde una celda en la cárcel de San Luis. El grupo actuó con total impunidad mientras Segundo Giménez fue director del Servicio Penitenciario y Claudio Latini, ministro de Seguridad, durante el Gobierno de Alberto Rodríguez Saá.
La audiencia, que se extendió por casi cinco horas, se centró en el relato de dos efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), el oficial Mayor, Jonathan Quiroga Salomón (que ya había declarado en la jornada anterior) y el oficial Principal, Jonathan Moyano.
El debate oral fue encabezado por el Tribunal Oral Federal de San Luis, integrado por María Carolina Pereira, Gretel Diamante y María Paula Marisi, esta última conectada por videoconferencia.
Durante la primera mitad, el Ministerio Público Fiscal, integrado por Cristian Rachid y Martín Uriona de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), exhibió audios de conversaciones telefónicas entre Churquina e integrantes de la banda, sobre todo con Milagros Inzirillo que era consideraba como una de su mano derecha por el nivel de confianza y poder que tenía.
En una de esas escuchas, del 6 de agosto de 2023, se comprobó la impunidad con la que se manejaba dentro de la cárcel y cómo las autoridades permitían seguir haciendo su “trabajo”.
“Tengo un flor de quilombo esta semana, por eso hoy dije ‘me voy a levantar temprano y voy a acomodar las cosas’, porque mañana hay que preparar 2 millones de pesos para Rubén (Muñoz, sindicado como testaferro). El día jueves o viernes tenés que venir (por Inzirillo) y traerme 3.500.000 de pesos y tenés que llevarte un auto. Aparte tengo que preparar el 10 (de agosto), 1 millón de pesos más para Rubén. Además ese día tenés que ir, voy a ver cómo hacemos, porque hay que recibir una plata, 2.800.000 de pesos. Esta semana la tengo muy enquilombada, quiero la agenda para la gente más cercana de mi persona, vos y Lorena (Ramallo), voy a tratar de que se meta Javier (Martirania) y estoy viendo cómo hacemos. Mañana es lunes, viene el director, ya me comuniqué con él, y me dijo ‘entro a trabajar y podés hacer tus negocios, voy a estar ahí’”, le expresó Churquina a Inzirillo en la llamada.
Sobre esto, Quiroga Salomón indicó que comprobaron “cómo era el movimiento del dinero, procedente de la venta ilícita de sustancias, con el intento de blanqueo. El kiosco de Rubén es donde depositaban la plata para ir mezclándolo con dinero legal”.
Y agregó: “Durante la investigación siempre hemos detectado movimiento de dinero obviamente por la venta de sustancias. Esto está confirmado porque no tenemos nada registrado legalmente para decir que esa plata viene de tal forma”.
En otra escucha, del 12 de julio de ese mismo año, Churquina le daba indicaciones a Inzirillo para reclutar a personas que no tuvieran deudas y fueran accionistas minoritarios para conformar una Sociedad por Acciones Simplificada (SAS).
La audiencia de este lunes.
“Te paso un poquito para explicar paso a paso para que entiendas. Antes hacía falta una sola persona, ahora he cambiado de idea y hacen falta dos. Lo único que necesitamos es a alguien que esté limpio en el sistema solamente para que sea tu socio por el CUIL. La socia gerente, sos vos, sos la autorizada a firmar, a llenar, a hacer movimientos. La otra persona únicamente acompaña en otras palabras o llena un formulario y nada más. Entonces necesito que me des una mano con alguien que sea de tu confianza y que nos ayude a constituir la SAS”, manifestó el acusado.
En esa misma llamada, Inzirillo propuso a su hermana Guadalupe, quien luego terminó aceptando la idea, para que integre la empresa siendo propietaria de entre “el 1 y 5 por ciento”. “Seguramente tendrás que comentarle la situación, decirle ‘mirá mañana el chico este va a abrir más negocios, más cosas, porque ya tiene una persona de confianza, va a empezar a invertir y en este trabajo la primera persona que se necesite te voy a llamar a vos para que trabajés’, le prometemos empleo, algo que puedo cumplir ya que a ella le puede hacer falta, siempre y cuando vos estés de acuerdo”, le propuso Churquina.
Quiroga Salomón declaró que el imputado “utilizaba distintas personas y las reclutaba para la empresa que ellos estaban creando para no tener nada a su nombre y utilizarlo como medio de evasión. Le estaba ofreciendo un rédito económico por participar de esa actividad. Entiendo que podría ser una manera de ocultar los fines reales de esta sociedad”.
En la misma conversación, Churquina le ordenó a Inzirillo que no compartiera su número de teléfono con nadie: “Por ahí me llegan WhatsApp preguntando ‘¿Rafael sos vos? ¿Churquina? Y las fotos de perfil son de mujeres y vagos y no sé quiénes son. Entonces me hago el pelotudo y digo que es momento de cambiarlo. No tengo nada malo, pero no quiero que sepa todo el mundo mi teléfono”.
“Esto era una manera de ocultarse, no estar visible por las actividades que llevaba a cabo”, aseguró el policía.
Rachid le pidió al Tribunal que compartiera otro audio, del 4 de agosto, donde hay más indicaciones a Inzirillo. “La (Renault) Sandero está lista, entonces vas a llevar la (Ford) Ranger a la casa de mi hermano y el Ford K. La camioneta la vas a traer acá a San Luis, te van a entregar una plata y te vas a llevar un auto. Luego te explico, me voy a cortar la cabellera”.
El oficial Mayor, en otro pasaje de la declaración, afirmó que el hermano del ex líder de la banda se dedicaba a dejar en condiciones los vehículos que recibían para que los acusados viajaran o para poder venderlos.
En la misma línea, Quiroga Salomón explicó que Inzirillo y Ramallo eran las “mano derecha” de Churquina y el rol que cumplían era el manejo de dinero y hacer las “cobranzas” a los clientes. En el caso de la segunda, se encargaba también de la comercialización de las unidades que se adquirían. Esto se comprobó por los allanamientos que hubo en su domicilio donde se encontraron títulos de vehículos, de compra venta y documentación de operaciones.
El 27 de agosto, hubo una conversación clave entre el imputado y su hermano donde quedaba reflejado la impunidad y corrupción dentro del Servicio Penitenciario: “Estoy laburando, viste cómo es la vida de uno. Hacer algo, hacer lo que me gusta hacer, me mantiene vivo hermano. Ayer vino el psicólogo, me están preparando y el 7 tengo el (examen) psicológico. Capaz que voy a empezar a salir con los permisos, ya los tiene el Germán (Anabitarte), y luego voy a pedir la condicional. Y mi abogado ya tiene al flaco para coimear para que me den la condicional. Ojalá tenga ese ocote, me quiero ir, se me abrieron las puertas del éxito, vos no sabés el negocio que hago”.
El 5 de julio de 2023, en otra escucha relevada este lunes entre Churquina y Lucrecia Valdéz (ya condenada a dos años y seis meses de prisión condicional por lavado de activos como partícipe secundaria) le manifestaba que se iba a dedicar al 100% de las cobranzas y que iba a ganar $200 mil por el trabajo y que iba a viajar gratis porque el combustible era todo pago.
También le solicitó que compre una balanza para “pesar el ‘fiambre’ y repartir ‘sanguchitos’ (ese era el código para la droga)” a los clientes.
Otro testigo
En el segundo tramo de la audiencia fue el turno del testimonio de Moyano que cumplió un rol clave en la investigación; realizó “tareas de campo” en el procedimiento con seguimientos a Marcelo Leyes (condenado a seis años de prisión y una multa de $2.400.000 por ser considerado coautor del delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad de transporte agravado, por haber intervenido junto a tres o más personas organizadas) que se juntó con Javier (Martirania) en la Terminal de Ómnibus para luego dirigirse a la Penitenciaría: “Supuestamente tenían una reunión y por motivos de coordinación en la cárcel, donde tenían como una inspección, no pudieron ingresar y se dirigieron a un hotel en la ciudad de San Luis y luego reiteraron al día siguiente.
Además, el efectivo efectuó pericias de los teléfonos de algunos acusados: “Había muchas conversaciones de manejo de dinero, de vehículos, cobros. Tenía varios en imágenes que tenían cheques de personas como Lucrecia, Becher y Milagros”.
“En los teléfonos figuraban como que ellos manejaban el dinero afuera. Daniel, por orden de Churquina por lo que se interpretó, llevaba el dinero a Lucrecia, como para hacer las compras de vehículos y hacer diferentes negocios Esta mujer también hacía cobranzas, al igual que Milagros y el dinero se entregaba a Rubén”, sostuvo.
En el debate también se exhibieron chats de los integrantes de la banda y audios donde muchos hacían referencia a las personas que debían cobrarles. Además, por pedido de Rachid, se mostraron documentos como cheques, cuadernos con anotaciones y diferentes tipos de documentación secuestrados en los allanamientos.
A su vez, Moyano fue consultado sobre el procedimiento que realizó la PSA el 1° de septiembre en la celda 5 del Pabellón N donde estaba alojado Churquina.
“Al llegar a la Penitenciaría, nos hicimos presentes con testigos que se tomaron en el ámbito público, luego de un tiempo determinado por la seguridad del lugar, nos dirigimos a la celda, donde se encontraba el acusado, con otro compañero de celda, en donde al registrar el lugar se encontraron teléfonos, una computadora, cuadernos con anotaciones de presupuestos, cobranzas direcciones, números que eran de interés para la causa, una balanza y sustancias vegetal (por marihuana) en una bolsa”.
El Tribunal resolvió que la próxima audiencia se realizará el lunes 27 de octubre de 9 a 14 y anunciaron que, en noviembre, extenderán el horario hasta las 16 y anexarán los miércoles como otro día de jornada aunque en este caso será semana de por medio.