Apenas horas después de confirmarse su derrota en Potrero de los Funes, Daniel Orlando volvió a apelar a su libreto más conocido: culpar a los demás. Esta vez, el dirigente del espacio que responde a Alberto Rodríguez Saá sostuvo que “la elección la ganó Poggi” y que “el candidato oficial estuvo escondido”, en un intento de justificar un resultado que lo dejó nuevamente fuera de la intendencia.

En declaraciones a Radio Lafinur, la emisora de Alberto Rodríguez Saá, el exintendente —procesado en el pasado por violar la ley de estupefacientes— se victimizó y habló de una supuesta falta de transparencia en los comicios. Sin embargo, los datos oficiales son contundentes: Ignacio Olagaray, del frente Ahora San Luis, obtuvo el 38,7 % de los votos frente al 37,7 % de Orlando, en una elección limpia y sin objeciones formales ante la Justicia Electoral.

Orlando eligió no mencionar al ganador, a quien calificó de “candidato figurativo”, y centró su discurso en el gobernador Claudio Poggi, acusándolo de “poner todo el aparato del Estado”. La ironía no pasó desapercibida: el mismo dirigente que durante años fue beneficiario del aparato más poderoso de la historia provincial —el de los Rodríguez Saá— ahora denuncia lo que antes defendía.

El enojo del exministro de Turismo y dos veces intendente de Potrero no sorprende. En el último año pasó de ser uno de los hombres de confianza del albertismo a convertirse en su rostro electoral más desgastado. Sus apariciones públicas se reducen a discursos airados y promesas de “volver”, mientras el pueblo decidió avanzar con otra conducción.

En su entrevista, Orlando sostuvo que “en Potrero está todo muy mal” y que “hay madres que no tienen para darles de comer a sus hijos”. Lo curioso es que gobernó el municipio durante casi una década sin resolver ninguno de esos problemas.

“Le vamos a preguntar a Poggi si nos va a atender en nuestro pueblo o en Terrazas del Portezuelo”, lanzó, en tono desafiante, como si todavía no aceptara que los vecinos de Potrero le dieron la espalda en las urnas.

Mientras Orlando insiste en su relato de víctima y espera un escrutinio que no cambiará el resultado, Ahora San Luis celebra haber cerrado el año electoral con un nuevo triunfo y con un mensaje claro: la gente ya no compra el discurso del kirchnerismo local.