“…dejar que Dios obre por nosotros, particularmente nuestra Argentina, por una Argentina siempre mejor, siempre más justa, que estemos de pie y nunca de rodillas. Que la Independencia sea no solamente un grato recuerdo de memorias sino especialmente una construcción del presente”.
Con ese textual, el obispo Gabriel Barba cerró el Tedeum del 9 de Julio, una celebración religiosa tan tradicional como la fecha patria.
El Obispo de San Luis pidió a Dios por la Patria “para que nunca dejemos de poner el alma, para que nunca perdamos la pasión. Para que tomemos el ejemplo de nuestra madre común la virgen María, para que cómo ella, podamos desde lo más profundo de nuestro ser, cantar las grandezas del Señor”.
“Los hombres y las mujeres que han sido los patriotas de la Independencia, los que se convirtieron con la providencia, con la historia, con las circunstancias, los constructores en abrir estos caminos de libertad, de Independencia, si hay algo que han tenido es alma”, reflexionó tras “cuestionar” la inteligencia artificial que se “entromete en el arte, pintura y demás”.
“No se pudo haber construido la patria, ni la Independencia sin alma. No hubiera alcanzado, o no alcanzaría hoy para ser una gran Nación, excelentes métodos como lo articula la inteligencia artificial”.
Y con ese sentido eligió como lectura del Evangelio un fragmento en el que pondera a la Virgen María: “Ella pone el alma, pone la vida, se arriesga, camina un camino, un tránsito junto a su hijo Jesús, sin duda de mucho sacrificio, de mucha entrega, y muchas veces de incomprensión, de no entender, de no saber, pero cuando el horizonte está claro, la grandeza nunca nos abandona”
“Con distintas ideologías, con distintos pensamientos, pero que hay algo que nos tiene que unir siempre en un solo sentir que es la patria, que es la justicia, que es la verdad, que es la fraternidad y cuanto más de esto podemos hacer, como todos, como muchos, acompañados, fortalecidos y sostenidos por la fe” cerró el Obispo.